17/11/19

Frases Geniales [17-11-19]

Frases Geniales

Frases Geniales 
  • Si no puedes con él... relájate y goza.
  • Las chicas frívolas hacen muy interesante la vida de un hombre mientras busca una discreta.
  • El amor es como la Luna; cuando no crece es que mengua.
  • El cliente tiene razón en todas partes,menos aquí (graffiti en la pared de un manicomio).
  • Experiencia, es el nombre que le damos a nuestras metidas de pata

15/11/19

Grandes Enigmas - Humor [15-11-19]

Grandes Enigmas - Humor

Grandes Enigmas - Humor
  • Si el universo es infinito... ¿por qué cuesta tanto aparcar?
  • ¿Por qué bragas es plural y sujetador singular?
  • ¿Puedo guardar el ratón de mi ordenador con el gato de mi coche?
  • ¿Por que le llaman medio ambiente?... ¿será que ya destruimos la otra mitad?
  • ¿Por dónde entra el agua a los cocos?

7/11/19

"Cuando Aprenden..." - Pensamientos [7-11-19]

"Cuando Aprenden..." - Pensamientos

Cuando Aprenden...

Cuando los niños aprenden que la felicidad no se encuentra en lo que una persona tiene, si no en lo que esa persona es...

Cuando aprenden que dar y perdonar es más gratificante que quitar y vengarse...

Cuando aprenden que el sufrimiento no se mitiga con autocompasión, sino que se supera con determinación interior y fuerza espiritual...

Cuando aprenden que no puede controlar al mundo a su alrededor, pero que son maestros de sus propias almas...

Cuando aprenden que las relaciones mejoran si valoran más la amistad que el ego, el compromiso que el orgullo, escuchar que aconsejar...

Cuando aprenden a no odiar a una persona cuya diferencia temen, sino a temer ese tipo de odio...

Cuando aprenden que hay placer en la fuerza de motivar a otros, no en la falsa fuerza de humillar...

Cuando aprenden que el elogio de otros es halagador pero sin sentido sino se conjuga con el respeto a si mismos...

Cuando aprenden que el valor de una vida se mide mejor no por los años dedicados a acumular posesiones, sino por los momentos dedicados a dar de sí mismos compartiendo sabiduría, inspirando esperanza, secando lágrimas y conmoviendo corazones...

Cuando aprenden que la belleza de una persona no se ve con los ojos sino con el corazón; y que aunque el tiempo y las penurias pueden destruir nuestra coraza exterior, nos pueden mejorar el carácter y la perspectiva...

Cuando aprenden a abstenerse de juzgar, sabiendo que todas las personas están dotadas de cualidades y defectos, y que la aparición de unas u otros depende de la ayuda ofrecida o el daño inflingido por otros...

Cuando aprenden que a todas las personas se las ha dado el don de tener un yo único y que el propósito de la vida es compartir lo mejor de ese don con el mundo...

Cuando los niños aprenden estos ideales y como practicarlos en el arte del buen vivir... entonces ya no son niños... son una bendición para quienes los conozcan, y valiosos modelos para todo el mundo.

31/10/19

Ningún animal vuela más lejos que esta libélula [31-10-19]


Ningún animal vuela más lejos que esta libélula


Ningún animal vuela más lejos que esta libélula

Un equipo de biólogos de la Universidad Rutgers-Newark (EE. UU.) descubre que la especie Pantala flavescens migra entre continentes.

muyinteresante.es.-Francisco Jódar

Esta pequeña gran voladora de unos 4 centímetros de longitud parece ser el animal capaz de volar distancias más largas, hasta el punto de cubrir miles de kilómetros para pasar de un continente a otro.

Los científicos de la Universidad Rutgers-Newark han basado su trabajo (publicado en la revista Plos One) en el análisis genético. Al estudiar las poblaciones de esta libélula en lugares tan apartados entre sí como Texas, el este de Canadá, Japón, Corea del Sur, India y Sudamérica, encontraron que la gran similitud de sus perfiles genéticos solo tenía una explicación: los insectos cubren enormes distancias para su pequeño tamaño, se aparean en lugares lejanos y crean una base genética mundial que sería imposible si no se mezclaran.

Como explica la bióloga Jessica Ware, una de las responsables de la investigación, “si la Pantala de Norteamérica solo se cruzara con la Pantala de Norteamérica, y la Pantala de Japón solo se cruzara con la Pantala de Japón, habríamos visto diferencias genéticas entre unas y otras. Pero como no es así, debe de haber una mezcla de genes a lo largo de vastas distancias”.

¿Y cómo se las apaña esta libélula para completar sus vuelos transatlánticos? La clave está en su evolución. Ware indica que “la superficie de sus alas ha aumentado de tamaño para que el viento las impulse. Baten mucho las alas y luego planean durante largos periodos, lo que les ahorra mucha energía”.

Los científicos han documentado migraciones de este insecto entre la India y África, saltos que exigen cruzar el Océano Índico. Las libélulas necesitan un clima húmedo para reproducirse, y por eso abandonan la India cuando llega la estación seca.

Los ejemplares más fuertes pueden hacer el viaje de un tirón, aprovechando incluso los vientos huracanados; otros van parando por el camino en islas en las que se aparean, que la siguiente generación –desarrollada en unas pocas semanas–  usará como base de despegue para continuar el largo camino expansivo de su especie.

Imagen (Greg Lasley): El cuerpo y las alas de la libélula Pantala flavescens han evolucionado de forma que el insecto puede cubrir largas distancias planeando con la ayuda de las corrientes de aire.  


28/10/19

Grandes Enigmas [28-10-19]

Grandes Enigmas

Grandes Enigmas
  • Cómo se escribe el cero en números romanos?
  • ¿Por qué las lunas de otros planetas tienen nombre, pero la nuestra se llama luna?
  • ¿Puedo guardar el ratón de mi computadora en el baúl del coche con el gato de mi carro?
  • A una nave espacial que está viajando a la velocidad de la luz, le funcionan los faros?
  • Por qué si el lápiz número dos es tan bueno, no es número uno?

22/10/19

Palabras para El Alma – Pensamientos [22-10-19]


Palabras para El Alma – Pensamientos


Frases Geniales [22-10-19]

Frases Geniales

Frases Geniales 
  • Los sueños son las únicas mentiras que pueden dejar de serlo
  • Malgasté mi tiempo, ahora el tiempo me malgasta a mí
  • Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo
  • Comienza tu día con una sonrisa... verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo
  • Aquellos que creen que lo saben todo nos fastidian a los que realmente lo sabemos

Citas para el Alma [22-10-19]


Citas para el Alma

La moral es la ciencia por excelencia; es el arte de vivir bien y de ser dichoso
  • Blas Pascal

El hombre nunca sabe de lo que es capaz, hasta que lo intenta
  • Charles Dickens

En la vida hay algo peor que el fracaso: el no haber intentado nada
  • Franklin Delano Roosevelt
 

21/10/19

Curiosidades y Trivialidades [21-10-19]

Curiosidades y Trivialidades

Curiosidades y Trivialidades
  • La yema del huevo de avestruz, es la celula sola mas grande del mundo
  • La siglas S.O.S. en codigo Morse para la llamada de auxilio no significan nada, se utilizan porque son faciles de disitinguir y recordar: 3 rayas/3 puntos/3 rayas
  • El animal más peligroso en el zoológico, de acuerdo con los cuidadores, es el panda. El segundo es el elefante
  • Una persona típica, se traga tres arañas cada año sin darse cuenta
  • De acuerdo con escritos astronáuticos, la luna huele un poco como a cohetes de pólvora explotados

Imagen mariposas [21-10-19]



"Rompenieves" - Hans Christian Andersen

"Rompenieves" - Hans Christian Andersen

Rompenieves
Hans Christian Andersen

Era invierno, el aire frío, el viento cortante, pero en el hogar se estaba caliente y a gusto, y la flor yacía en su casita, encerrada en su bulbo, bajo la tierra y la nieve.

Un día llovió, las gotas atravesaron la capa de nieve y penetraron en la tierra, tocaron el bulbo y le hablaron del luminoso mundo de allá arriba; poco después, un rayo de sol taladró a su vez la nieve y fue a llamar a la corteza del bulbo.

-¡Adelante! -dijo la flor.

-No puedo -respondió el rayo de sol-. No tengo bastante fuerza para abrir. Hasta el verano no seré fuerte.

-¿Cuándo llegará el verano? -preguntó la flor, y fue repitiendo la misma pregunta cada vez que llegaba un nuevo rayo de sol. Pero faltaba aún mucho para el verano. El suelo estaba cubierto de un manto de nieve, y todas las noches se helaba el agua.

-¡Cuánto tarda, cuánto tarda! -se lamentaba la flor-. Siento un cosquilleo, no puedo estar quieta, necesito estirarme, abrir, salir afuera, ir a dar los buenos días al verano. ¡Qué tiempo más feliz será!

Y la flor venga agitarse y estirarse contra la delgada envoltura, que el agua reblandecía desde fuera y la nieve y la tierra calentaban, aquella tierra en la que el sol ya había penetrado. Iba encaramándose bajo la nieve, con una yema verde y blanquecina en el extremo del verde tallo, con hojas estrechas y jugosas que parecían querer protegerla. La nieve era fría, pero estaba bañada de luz; por eso era fácil atravesarla, y la flor sintió que el rayo de sol tenía más fuerza que antes.

-¡Bienvenida, bienvenida! -cantaban y decían todos los rayos, mientras la flor se elevaba por encima de la nieve, asomando al mundo luminoso. Los rayos la acariciaban y besaban, impulsándola a abrirse del todo, blanca como la nieve y adornada con fajas verdes. Inclinó la cabeza, gozosa y humilde.

-¡Magnífica flor! -cantaban los rayos del sol-. ¡Qué pura y delicada! Eres la primera, la única. ¡Eres nuestro amor! Tú anuncias el verano, el verano espléndido, que llega a los campos y a las ciudades. Toda la nieve se fundirá, y los vientos fríos serán expulsados. Nosotros seremos los reyes. ¡Todo reverdecerá! Y tú tendrás compañeras: lilas, codesos y rosas. Pero tú eres la primera, pura y delicada.

Reinaba una gran alegría. Era como si el aire cantase y vibrase, como si los rayos de luz penetrasen en sus hojas y en su tallo. Ella se levantaba fina y ligera, frágil y, no obstante, vigorosa en su joven belleza; vestida de blanco con franjas verdes, cantaba los loores del verano. Y, sin embargo, faltaba aún mucho tiempo; espesas nubes ocultaban el sol, y soplaban vientos acerados.

-¡Viniste demasiado pronto! -decían el viento y el tiempo-. Todavía dominamos nosotros. Sentirás nuestro poder y te someterás a él. Debieras haberte quedado en casita, sin apresurarte a lucir tus galas. ¡No es hora todavía!

El frío era cortante. Los días que siguieron no aportaron ni un rayo de sol. Menuda como era la florecilla, corría peligro de helarse; pero tenía fuerzas, más de las que ella misma pensaba. Era fuerte en su alegría y su fe en el verano, que un día u otro tenía que llegar; se lo anunciaba una honda inquietud, y se lo había pronosticado aquel sol primero. Por eso seguía confiada, vestida de blanco en medio de la blanca nieve, doblando la cabeza cuando caían los copos, espesos y pesados, y soplaban sobre ella los gélidos vientos.

-¡Te quebrarás! -decían éstos-, ¡te perderás, morirás! ¿Qué viniste a buscar aquí fuera? ¿Por qué cediste a la tentación? El sol se ha burlado de ti. ¡Mal vas a pasarlo, loca de verano!.

-¡Loca de verano! -repitió ella bajo el frío de la mañana.

-¡Loca de verano! -exclamaron jubilosos unos chiquillos que acudieron al jardín-. ¡Miradla qué bonita, qué hermosa; la primera, la única!

Aquellas palabras hicieron un gran bien a la flor; fueron como cálidos rayos de sol. En su alegría, ni siquiera se dio cuenta de que la cortaban. Quedó en una mano infantil, la besaron unos labios de niña. Llevada a una habitación caliente, la contemplaron unos ojos dulces y fue puesta en agua, un agua reconfortante y vivificadora. La flor creyó que la habían transportado al pleno verano. La hija de la casa, una niña encantadora, acababa de recibir la confirmación. Tenía un amiguito muy simpático, recién confirmado también y que iba ya al colegio. «¡Será mi loca de verano!», dijo la pequeña, y, cogiendo la florecilla, la envolvió en un papel perfumado que tenía escritos unos versos sobre la flor. Empezaban con loca de verano y terminaban con loca de verano; y luego decía: «¡Amigo mío, sé un loco de invierno!». Todo estaba puesto en verso; doblaron el papel en forma de carta, con la flor dentro. La envolvía la oscuridad, una oscuridad semejante a la del interior del bulbo. La flor se fue de viaje, en un saco postal, comprimida y apretada. No era agradable, pero todo tiene su fin.

Efectuado el viaje, la carta fue abierta y leída por el amigo, cuya alegría fue tal, que besó la flor y la depositó luego, junto con el papel, en un cajón que contenía otras varias cartas muy hermosas, aunque sin flores. Ella era la primera, la única, como la habían llamado los rayos del sol; y era un placer recordarlo.

Tuvo mucho tiempo para entregarse a aquel recuerdo, mientras pasaba el verano y después el largo invierno. Al llegar el nuevo verano fue sacada a la luz. Pero el humor del muchacho había cambiado: cogió las cartas con rudeza y tiró los versos, con lo que la flor se vino al suelo. Cierto que estaba aplastada y marchita, pero esto no era motivo para que la trataran así. Pero mejor era aquello que ir a parar al fuego, como les sucedió a los versos y a las cartas. ¿Qué había ocurrido? Lo de siempre. La flor se había burlado de él, era una broma; y la muchacha se había burlado de él, pero eso no era una broma. Al llegar el verano había elegido a otro amigo.

Por la mañana el sol brilló sobre la campanilla comprimida, que parecía pintada en el suelo. La criada la recogió al barrer y la puso en uno de los libros de encima de la mesa, creyendo que se habría caído al cambiarlos de sitio. Y otra vez se encontró la flor entre versos impresos, más distinguidos todavía que los manuscritos; por lo menos se pagan más.

Pasaron años, y el libro siguió en su anaquel. Un día lo sacaron, abrieron y leyeron. Era un buen libro: poemas y canciones del poeta danés Ambrosio Stub, muy digno de ser conocido. Y el hombre que lo leía, al volver una página dijo:

-¡Toma, aquí hay una flor! Una loca de verano. Sin duda la pusieron aquí adrede. ¡Pobre Ambrosio Stub! También él fue un loco de verano, un poeta antes de tiempo. Se anticipó a su época, y hubo de aguantar nevadas y frías ventoleras, yendo de cortijo en cortijo por tierras de Fionia, como flor en florero, flor en carta rimada. Loco de verano, loco de invierno, broma y bufonada, y, no obstante, el primero, el único, el poeta danés que más frescor juvenil respira. Sigue como señal en el libro, pequeña campanilla blanca; con intención te pusieron en él.

Y la campanilla fue dejada en el libro, y se sintió honrada y contenta, sabiendo que era una señal en el hermoso volumen de poesías, y que aquel que por primera vez la había cantado y escrito sobre ella, había sido también un loco de verano, e incluso en invierno había pasado por loco. La flor lo comprendía a su manera, como todos comprendemos las cosas a la nuestra.

Y éste es el cuento del rompenieves, de la campanilla blanca, de la loca de verano.

15/10/19

Palabras para El Alma – Pensamientos [15-10-19]


Palabras para El Alma – Pensamientos

Citas para el Alma

Citas para el Alma

Citas para el Alma

Después del amor, la simpatía es la pasión divina del corazón humano
  • Edmund Burke [Enviado por Agustín Pimentel]

La alegría, cuanto más se gasta más queda
  • R.W.Emerson

La constancia es la virtud por la que todas las demás dan su fruto
  • Arturo Graf

13/10/19

Poemas: “El gran amor” – José Ángel Buesa [13-10-19]



El gran amor

Un gran amor, un gran amor lejano
es algo así como la enredadera
que no quisiera florecer en vano
y sigue floreciendo aunque no quiera.
Un gran amor se nos acaba un día
y es tristemente igual a un pozo seco,
pues ya no tiene el agua que tenía
pero le queda todavía el eco.

Y, en ese gran amor, aquel que ama
compartirá el destino de la hoguera,
que lo consume todo con su llama
porque no sabe arder de otra manera.

José Ángel Buesa

9/10/19

Citas Memorables [9-10-19]

Citas Memorables

Citas Memorables

A menudo se echa en cara ante la juventud el creer que el mundo comienza con ella. Cierto. Pero la vejez cree aún más a menudo que el mundo acaba con ella. ¿Qué es peor?
  • Ch. Friedrich Kebbel

Pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran.
  • José Saramago

Si no tienes la libertad interior, ¿qué otra libertad esperas poder tener?
  • Arturo Graf